El cuerpo de una mujer en gestación atraviesa muchos procesos vitales, uno de ellos es la producción de proteínas. Por ejemplo, la queratina es la proteína más relevante para el cabello, ocupando aproximadamente un 28% de su composición que basta para proteger la estructura capilar e intervenir en la formación de folículos.
Durante el embarazo, la queratina que antes estaba destinada para el crecimiento del pelo de la madre, ahora es usada para la formación del nuevo ser. En los primeros trimestres de embarazo este desbalance puede equilibrarse con la excelente labor del estrógeno y la progesterona pero cuando finalmente llega el momento del nacimiento, la biorregulación que alcanzó el cuerpo de la madre durante 9 meses se vuelve a interrumpir con un ser en brazos y miles de experiencias novedosas para la madre.
Aceptar y abrazar estos momentos generan en el cuerpo un estado biorregulador muchísimos más beneficioso para la etapa de recuperación que le espera a la madre, pues se reducen los niveles de estrés, ansiedad y rechazo frente a un proceso bioquímico natural que nos recuerda la asombrosa capacidad de regeneración que tiene el cuerpo de la mujer.
