Perder cabello es más común de lo que crees, pero no por eso deja de preocuparte cuando ocurre. La buena noticia: en la mayoría de los casos, la caída de pelo tiene solución. Pero antes de actuar, hay que entender la raíz del problema (literal).
En ILEV hemos acompañado a cientos de personas que han recuperado su salud capilar, y si algo hemos aprendido, es esto: no existe una sola causa. Aquí te explicamos las cinco más comunes —y menos conversadas— para que puedas identificar cuál puede ser tu caso.
1. Efluvio telógeno: tu cuerpo apagando “funciones no esenciales”
Cuando atraviesas una situación de alto estrés físico o emocional (una pérdida, enfermedad, cirugía, parto o incluso COVID), tu cuerpo entra en “modo ahorro” y detiene temporalmente el crecimiento del cabello.
Este tipo de caída suele aparecer 2 a 3 meses después del evento gatillante, y puede durar entre 3 a 6 meses. No es permanente, pero requiere apoyo para recuperar la densidad perdida.
2. Desequilibrios hormonales (y no, no es solo la menopausia)
El postparto, el uso o suspensión de anticonceptivos, la resistencia a la insulina, el hipotiroidismo o el síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden alterar los ciclos de crecimiento capilar.
Las hormonas impactan directamente en el folículo piloso. Si notas caída junto a acné, irregularidades menstruales o fatiga, este podría ser tu foco.
3. Deficiencias nutricionales silenciosas
La falta de hierro, zinc, vitamina D, B12 y proteínas puede frenar el crecimiento capilar. Y muchas veces, estas deficiencias no se detectan con un chequeo general.
¿Tu dieta es balanceada? ¿Haces dietas muy restrictivas o llevas mucho tiempo sin chequeos? Este factor suele ser ignorado, pero es clave para regenerar.
4. Inflamación del cuero cabelludo
Un cuero cabelludo irritado, con picazón, exceso de grasa o caspa, es un terreno poco fértil para el crecimiento capilar.
La inflamación constante puede asfixiar los folículos, debilitarlos y acelerar su caída. El uso de shampoos agresivos, el estrés o incluso alergias pueden generar este cuadro.
5. Alopecia androgénica (sí, también en mujeres)
Es el tipo más común de caída capilar progresiva, y suele tener un componente genético u hormonal. Se manifiesta como una pérdida de densidad, sobre todo en la zona superior del cuero cabelludo.
A diferencia del efluvio, no es reversible sin tratamiento. Pero con productos adecuados y constancia, se puede frenar y recuperar bastante densidad.
¿Qué hacer si te sentiste identificada?
Lo primero: no estás sola.
Lo segundo: hay solución.
En ILEV hemos formulado tratamientos que actúan desde la raíz del problema con ingredientes reales, como células madre vegetales, triptófano y extractos naturales que regeneran, calman y estimulan el crecimiento capilar.
Te recomendamos iniciar con el Dúo Crecimiento Intensivo, ideal para frenar la caída, estimular nuevos brotes y recuperar la confianza.
¿Y si no funciona?
Te devolvemos el dinero. Así de simple.
Tienes 90 días de garantía para sentirte segura al probar.
👉 ¿Quieres saber cuál de estas causas puede estar detrás de tu caída?
Muy pronto lanzaremos nuestro test capilar gratuito.
Suscríbete y sé la primera en recibirlo.